Obras Literarias

LA CITA NO PACTADA

Colección de diecisiete cuentos cortos, ideal para estudiantes y quienes se inician en el buen hábito de la lectura.  Este libro fue escrito para ser entendido, razón por la cual utiliza un vocabulario sencillo, de fácil comprensión.  La temática es variada y amena, podríamos decir que es para todos los gustos: Ficción, mitos y leyendas, costumbrismo, histórico y anecdótico.

    El listado de cuentos es el siguiente: Majestuosa natura, el negocio de Penene, la cita no pactada, lidiando espíritus, Mato peligro, el primer carro a centavo la montada, la entaconada, el viejo Mojojoy, naufragio en tierra, jornalero, viviendo entre gigantes, Juan mentiras y su única verdad, el vuelo del martes, los colonizadores del norte tolimense, un ángel pecador, el muerto que aún vive, los libros.

He aquí apartes de uno de sus cuentos:

Se dispuso a abrir la puerta con esa llave vieja y mohosa de cuyo ojal pendía un pequeño esqueleto humano plástico y amarillento que servía de llavero.  Después de varios intentos, la llave giró y se sintió el golpecito que anunciaba el desplazamiento del pasador. Bastó un pequeño impulso a la puerta para que el sutil ruido de sus bisagras se hiciera sentir como si se tratara de un olvido traído años atrás por el recuerdo.  Entró y cerró de nuevo con el cuidado suficiente para no despertar a quienes, a esa hora, estaban ya en su sueño profundo.  En medio de la oscuridad, a tientas, y tocando paredes a lado y lado, como si se tratara de un ciego, caminó sin encender luces.  Ya conocía la distancia exacta para llegar al primer escalón de esa larga, estrecha y empinada escalera que lo conduciría al segundo piso donde se encontraba la alcoba que había alquilado hacía tres días.  Con los ojos abiertos para ver mejor el color de la oscuridad, comenzó el ascenso con lentitud y torpeza, apoyándose en el pasamano de madera brillante y desgastada por el uso.  Sólo llevaba seis de los diecisiete escalones, cuando sintió que, por la misma escalera, alguien o quizá algo, descendía con la misma torpeza que él subía.  Cerró y abrió los ojos para tratar de capturar alguna imagen, pero lo único que observó, o tal vez imaginó, era una figura que se acercaba más oscura en medio de la oscuridad.  Dick Spencer no era un hombre de miedos y flaquezas, así que no se detuvo, y, por el contrario, sus pasos se apresuraron de manera desafiante. La figura oscura igualmente continuó hacia él como aceptando el reto, y cuando se encontraron a escasos escalones de distancia, se escuchó una voz femenina suave, sensual, juguetona y coqueta:

-Buenas noches…Señor Spencer- al tiempo que se pegaba a la pared como para darle espacio.

Dick, un poco sorprendido por el efusivo saludo, trató de responder de la misma manera, pero sólo pudo exclamar:

-Buenas noches…- pegándose también a la pared contraria, dándole cortésmente permiso.

Continuó con sus torpes pasos sin detenerse ni mirar hacia atrás, aunque con una pequeña inquietud.  Esa figura, era real o producto de su imaginación, ¿y esa voz?  Ya frente a su propia habitación, palpó la llave suelta que llevaba en el bolsillo de la camisa.  Esta vez la chapa funcionó sin ruegos y sin ruidos en las bisagras.  Dick entró, pero antes de cerrar la puerta se asomó y con los ojos somnolientos miró hacia la escalera, percatándose de que esa figura, igual que él, había continuado su camino.  La soledad era lo único que lo perseguía.  Apagó la luz y se acostó con el cansancio a cuestas.  Mientras conciliaba el sueño, escuchó leves ruidos en el primer piso, causados por esa extraña sombra que se quiso dejar ver, aun en la oscuridad…

LA CIENCIA ME LLEVÓ A DIOS

La ciencia y la fe cristiana han estado en guerra durante mucho tiempo, naturalmente ubicadas en extremos totalmente opuestos. Los científicos se han autoproclamado seres pensantes, razonables y por consiguiente ateos.  A su vez, consideran a los creyentes como seres   a quienes les es más fácil creer que pensar, y para evitarlo le atribuyen lo desconocido o incomprensible a Dios.  Les falta sentido común.

    Esto es lo que ha ocurrido desde siempre, pese a que religiosos y laicos no ortodoxos y científicos no radicales, han dado pasos de acercamiento al aceptar las fortalezas y debilidades de cada uno de estos “extremos”.  Por un lado, muchos religiosos, por supuesto creyentes, aceptan procesos evolutivos como los responsables de ciertas características demostrables científicamente por diversas ramas de las ciencias. Por otro lado, muchos científicos a través de sus investigaciones han llegado a conclusiones conducentes a la aceptación de un Creador.

    Podríamos simplemente creer o no creer en la existencia de Dios. Pero resulta quizá más razonable reflexionar sobre algunas preguntas que nos puedan llevar a una posición más objetiva, y así asumir una postura firme en uno u otro sentido.  Estas, algunas de ellas:

¿Existirá realmente el ateísmo o es simplemente una rebeldía interna propia del ser humano?
¿Da Vinci, Darwin y Einstein, eran ateos, panteístas, deístas o agnósticos?
¿Se requiere ser ateo para llegar a ser científico?
¿Cuál es el origen de los átomos?,¿los creó Dios?,

¿quién creó a Dios? ¿Quién creó las leyes de la naturaleza?, ¿por qué tanta precisión? ¿Por qué todo está tan bien calibrado, tan preciso?,¿distancias de los planetas, del sol?, ¿los rangos de temperatura, la gravedad, los elementos, los gases?

     El cosmos, y todo cuanto existe en él, está integrado por tres partículas atómicas, noventa y dos tipos de átomos distintos y dos ácidos nucleicos. ¿Cómo es posible conseguir tanto, usando tan poco? Si en los sistemas dinámicos o en movimiento normalmente se provoca el caos, ¿Por qué en el sistema planetario esto no ocurre?

¿Existe una inteligencia superior ordenando el tránsito de planetas, astros, galaxias, etc.  etc…?

¿Es posible la existencia de algo, o la ocurrencia de un hecho sin que algo o alguien lo invente, cause o provoque? ¿La anatomía y funcionalidad de la célula, del oído o del ojo, son producto de la casualidad, o de un diseñador extraordinario? ¿Es posible crear un software con la misma capacidad de almacenamiento de información que el ADN?

¿Las plantas piensan?, ¿quién o qué las indujo a dedicarse al noble propósito de fabricar oxígeno, alimentos y demás beneficios?
¿Cómo es posible que con el “simple proceso de la fotosíntesis” se pueda crear el oxígeno suficiente para los seres vivos?
¿Podría en el futuro el hombre crear una red de conducción igual o superior a la de nuestro sistema nervioso? ¿Ha podido la inteligencia humana crear un líquido con propiedades semejantes a las del agua? ¿Fueron creadas las abejas para nuestro servicio? ¿Por qué los colibríes se pueden mantener inmóviles en el aire aleteando entre 50 y 80 veces por segundo y su corazón palpitando 1200 veces por minuto?, ¿no es esto extraordinario?

    Son estas algunas de tantas preguntas que como docente de Ciencias Naturales durante más de treinta años me quitaron el sueño. Ahora las sintetizo en este libro sin pretender, claro está, dar respuestas infalibles, pues sería un acto de irrespeto para con mis lectores; procuro, eso sí, invitarlos a que reflexionen conmigo y, desde luego, provocar incluso, más preguntas que respuestas.

    Finalmente, mi intención no es convertir ateos en creyentes. Solo deseo contar mis reflexiones sobre la existencia de Dios desde las ciencias naturales, y exhortarlos a estar bien con Él, por si acaso.

UN FASCINANTE BANDIDO

«Un fascinante bandido» narra las aventuras de un hombre de fina elegancia tanto en su forma de vestir como en la de hablar y actuar.  De esta manera logra el respeto, aprecio y admiración de todos sus coterráneos, sin sospechar siquiera que, tras esta impactante figura, se esconde un peligroso y cínico delincuente.

    Muchos años pasan sin ser descubierto, tal vez, en su secreta vida halla un misterio, un pacto con seres del más allá que le impiden a las autoridades descubrirlo. Finalmente lo logran, pero su actividad delictiva continúa, y ante la imposibilidad de reducirlo con el poder de las armas, acuden al poder de la persuasión.  Sin embargo, hasta su último suspiro hace su voluntad bajo la mirada temerosa e impotente tanto de las autoridades militares como de las propias autoridades eclesiásticas.

He aquí uno de sus apartes:

   De las casas desaparecían cuadros, alfombras, porcelanas, instrumentos musicales, libros y demás artículos de decoración. Pero lo que más encolerizó a todos los pobladores fue la pérdida de aquel gallo que por más de dos años había cumplido la noble labor de despertarlos a las cinco de la mañana en punto.  Era un gallo de una responsabilidad tal que para asegurarse de que todos escucharan su cantar, se subía a la cruz de la Iglesia, a la que, a pesar de su torpe vuelo alcanzaba.  Una vez, cuando por esos designios de los sismos, la cruz amaneció tumbada en el piso, igualmente se posó sobre ella y desde allí anunció el Alba. El padre Sebastián que siempre había estado incómodo   por la irreverencia de este gallo, aprovechó para reinstalarla en un lugar más alto y así evitar que sobre los hombros de Jesucristo pernoctara esta irreverente ave cantora. Caruso, que era el nombre del gallo, intentó alcanzarla, pero ante la imposibilidad esperó estoicamente hasta que hiciera sombra y colocándose sobre ella cantó. Se prometió cantar por siempre y a la misma hora, siempre y cuando hubiera sombra en la cual posarse. Caruso se sentía tan orgulloso de su cantar que no consideraba otro escenario más digno de sus conciertos diarios que no fuera la Santa Cruz. Los habitantes lo entendieron y acordaron que en adelante los días y sus labores no comenzarían siempre a la misma hora, sino a la hora que Caruso cantara, pues este solo lo haría cuando el sol alumbrara la cruz y proyectara su sombra. La pérdida de Caruso se convirtió entonces en el hecho que rebosó la copa, pues no solamente el canto diario desaparecía, sino que, asimismo, generaría un caos en las actividades diarias. Y en efecto, así sucedió.

    En los conciliábulos solo se hablaba de las pérdidas ocurridas diariamente y a cualquier hora. Se ventilaba entonces la posibilidad de que existiera un ladrón en el pueblo, pero se consideraba imposible ya que en ningún momento se le notaba a alguien ni la necesidad ni la malicia suficiente para ser un ladrón; además, no se explicaban la forma como se perdían las cosas, ya que todos cuidaban todo, pero todo se perdía. Todos sospechaban de todos y cada uno independientemente se dedicó a vigilar a sus vecinos e incluso a sus propios familiares, pero el ladrón no aparecía.

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Explora una obra literaria con sentido educativo, humano y transformador.

LOS CUENTOS DEL TÍO EFRÉN

¿Cómo se forma a un niño como futuro lector?

     La mejor manera es a través del ejemplo, sin embargo, la lectura de cuentos no está lejos de ser otra edificante manera de llevarlos a esta bella adicción.  

    «Los cuentos del tío Efrén» contiene veinticinco cuentos, que se inician con relatos infantiles, pasando por otros para adolescentes y finalmente para adultos.

Son cuentos escritos para ser entendidos, con un lenguaje sencillo, de tal manera que cualquier persona puede leerlos y comprenderlos.  Todos incluyen valores y reflexiones conducentes a dejar sus enseñanzas acordes a las edades para las que fueron escritos.

El tío Efrén es un anciano octogenario, cuya vida estuvo llena de extraordinarias e inimaginables aventuras.  A sus muy pocos años quedó huérfano de padre y madre, y sus hermanos pronto se casaron, quedando él a la deriva, como una hormiga que le dañan el camino y no sabe para dónde coger. Viajó por todo el mundo y cuando regresó a su tierra

natal no trajo presentes a sus familiares y amigos, sino historias para contar.  Tenía el tiempo suficiente y una gran bondad para sentarse horas enteras, principalmente con niños, a quienes describía con pelos y señales cada una de sus aventuras.  Pero realmente muchas de ellas nunca ocurrieron, solo eran producto de su muy exquisita y vasta imaginación.  Su voz, sus gestos y demás artimañas para lograr la atención de los niños, eran suficientes para que todos los días llegaran más y más oyentes a sus improvisadas salas de cuentos.  Llevaba varios años dedicados a esta noble labor gratuita, cuando enfermó gravemente y murió.  Aunque sufrió durante su enfermedad, lo que no lo dejó tranquilo durante su ascenso al cielo, fue el recuerdo de esos niños ansiosos por escuchar sus historias.  Sabía que no había quien lo reemplazara y estos niños quedarían a la deriva sin quien les llevara alegría y conocimientos, y tampoco quién les despertara la imaginación y mantuviera viva su curiosidad. Utilizando todas sus habilidades persuasivas, logró que, siendo ya habitante de los cielos, se presentara en lugares de la tierra para seguir contando aquellas historias que aún le quedaban por contar. Se las ingenió para que Dios hiciera coincidir los tiempos y lugares del tío Efrén, con los de los niños en la tierra. Pero, así como él continuaba envejeciendo, los niños también iban pasando por la adolescencia hasta convertirse en adultos.  Los cuentos entonces, en un comienzo para niños, también fueron cambiando a historias y cuentos de interés para estas edades.  Algún día tenía que acabársele la imaginación, de modo que dejó como encargado al autor de este libro, para que a través de la escritura de muchos otros cuentos pudiera seguir alegrando la vida de estos niños.

APUNTES MAESTROS

Este libro fue escrito para aquellos maestros que, aun siendo buenos, desean ser mejores.

    «Apuntes maestros» es una “joya” de incalculable valor dentro del ámbito educativo. En cada una de sus páginas se pueden vislumbrar matices de gran importancia para la práctica docente, que, al ser percibidas por el cristal del lector, lo van iluminando para que pueda abordar y comprender muchos de los aspectos básicos del conocimiento educativo, concebidos y aplicados en la enseñanza.

En esta magnífica obra el autor nos va plasmando de manera versátil y profunda cada uno de los diversos tópicos, permitiendo al lector crear un espíritu crítico-reflexivo sobre el conocimiento pedagógico y educativo que va percibiendo. Puede decirse, sin lugar a duda, que el texto en sí es el fruto de la creatividad literaria del autor, complementado con su ingenio pedagógico desarrollado en su ardua labor educativa como docente a través de muchos años.

En “Apuntes Maestros” encontramos un estilo muy especial de comunicación al lector, donde cada una de las temáticas, aunque presentan lenguaje metalingüístico, no contempla ambigüedades que dificulten el aspecto semántico. Al igual en su estructura externa retoma aspectos pedagógicos básicos que están relacionados entre sí, complementados estos con un enfoque filosófico profundo.  Para el lector pudiere parecer una obra netamente de proyección y trascendencia universal docente, pero no es así, porque el tratamiento temático puede ser asimilado y comprendido por personas que, aunque no están inmersas dentro del campo educativo, desean conocer aspectos vitales para una mejor y mayor comprensión de este.

    El texto semeja un inmenso mar de conocimientos pedagógicos que permiten una mejor comprensión de la actividad docente cotidiana. Dentro de este inmenso mar encontramos diversos puertos educativos; uno de ellos “La autoestima” donde resalta lo primordial y esencial de ella, luego el cauce toma el rumbo del momento  “a la hora de educar” , reflejando ese instante fugaz en el que se presenta la mediación del conocimiento; después se retoma un eje central del aspecto educativo como lo es “ la creatividad”, tomándose como el punto álgido de adquisición, transformación y producción del conocimiento, el cual nunca debe faltar en el proceso educativo.  Dentro de un nuevo sendero del mar encontramos “el saber comunicar”, refiriendo cómo la verdadera comunicación permite un mayor manejo de los elementos que dan vida a la educación, resaltándose sobre una adecuada y correcta comunicación en pro del aprendizaje.  Más adelante ahonda en lo concerniente al “trabajo en equipo” donde la meta u objetivo primordial siempre están señalando a un factor común de bienestar general.  Los últimos puertos a donde llega este cauce son “la evaluación” y “la chiva”, mostrándose como los últimos eslabones en el andamiaje del proceso educativo, donde hay una verificación del fenómeno de percepción y abstracción del conocimiento, determinándose la existencia del segundo elemento “chiva” en función de ese primer elemento llamado “evaluación”.

    Existen, además, muchos otros temas que indudablemente convierten este libro en su “aliado y cómplice o consultor de cabecera”, cuando de aclarar dudas se trate, o simplemente cuando necesite descanso, reflexión o distracción.

    Finalmente, merece mención especial el uso adecuado que debe hacerse del libro, porque en esencia cada uno de los tópicos educativos destacados allí, está impregnado de un gran nivel reflexivo.  Así mismo, puede observarse como un manual práctico de enseñanza pedagógica, donde se le recuerda reiteradamente al docente, sobre todos aquellos parámetros educativos para tener en cuenta en pro de su verdadera realización como maestro, y   su interrelación personal con los demás miembros de la comunidad educativa y con su entorno.

TRAS LA PENUMBRA

«Tras la penumbra» se desarrolla en dos entornos diferentes, pero con situaciones semejantes.  Dos jóvenes, ella, maestra de escuela en el sector rural, y él, estudiante de arquitectura en una universidad pública de la capital, enfrentan situaciones de violencia que irónicamente los une.
Después del asesinato en Bogotá  el 9 de abril de 1948 del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, un hombre de fina inteligencia y extraordinaria sensibilidad, quien nunca se opuso a que hubiera ricos, lo que nunca quiso fue que hubiera pobres absolutos, comienza un periodo de anarquía generalizada, nadie escucha a nadie, pero todos lloran y maldicen; y cada mujer se siente la viuda de Gaitán. Como respuesta, los liberales la emprenden contra los conservadores, y por otro lado, el gobierno consolida grupos militares y paramilitares para contrarrestar la arremetida de los liberales. Quedaron así consolidados dos grupos: La chusma liberal y la chulavita (policías y pájaros) conservador.  Aquí el gobierno no solo se muestra impotente, sino que además es cómplice.

De lado y lado se tenían como consignas “Lleváis paz en la boquilla de los fusiles”, “Al enemigo hay que darle donde más le duela ¿Y qué es lo que más le duele? Pues la mujer y los carajitos. Fue una guerra que se propagó como una gigante ola en todo el país.
La violencia no nació entonces por generación espontánea sino como un proceso histórico de nuestro bipartidismo.  En Colombia se nacía liberal o conservador por una especie de determinismo uterino, por tradición de familia o por motivaciones emocionales, no en virtud de una asimilación racional de principios.
Finalizada la guerra entre grupos conservadores y liberales, continuó en el ámbito nacional otra guerra, pero esta vez entre grupos guerrilleros y el estado.

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